lunes, 15 de septiembre de 2008

"¡Oh Capitán, mi capitán!"



Aún no sé cómo me siento. No podría describirlo ni con una palabra ni con una larga y laberíntica frase que durara más de una página. No lo sé. David Foster Wallace fue un escritor que cambió mi forma de entender la literatura y la vida. Él cambió la forma en la que mi cerebro funcionaba. David Foster Wallace fue una persona que me ayudó a conocerme mejor a mí misma; puso en palabras lo que yo no sabía cómo expresar. Pero nunca habló de como podría sentirme cuando la persona que más admirara, la persona que más me había dado sin ni siquiera saberlo, muriese. He fantaseado tantas veces en la posibilidad de que quizás lo podría encontrar en una firma de libros y le podría decir en un guión memorizado que sus libros han significado tanto para mí y que me han ayudado a no sentirme tan sola. Sólo esto. Tenía esa necesidad de simplemente darle las gracias.

Me gustaría recordar para siempre cada detalle del día en que me enteré que David Foster Wallace se había suicidado. El problema no es sólo que en mi larga lista de días en que me quedo encerrada en casa y no hago nada todos se confunden en una masa informe, sino que la experiencia me ha enseñado que la memoria es un músculo débil y acabamos olvidando precisamente lo que juramos que nunca olvidaremos. Recuerdo que no había oído hablar nunca de David Foster Wallace, pero un día, repasando las estanterías de la biblioteca, me encontré con dos libros suyos. Debía estar buscando otro libro, no recuerdo cuál, pero me econtré con los suyos y decidí que unos libros con semejantes títulos los tenía que leer. Pero tampoco recuerdo cuál leí primero, si 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' o 'Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer'.

Sin embargo, sobre todo me gustaría recordar cómo era todo antes de enterarme de la noticia. Ahora ya todo el mundo leerá David Foster Wallace teniendo en mente que es el tipo que se ahorcó cuando tenía 46 años. El único David Foster Wallace del que el mundo se acordará será del David Foster Wallace que, después del éxito de 'La niña del pelo raro', ingresó en un hospital pidiendo que lo pusieran bajo vigilancia para evitar su suicidio. Todo el mundo leerá 'La broma infinita' como si fuera un presagio de lo que su autor acabaría haciendo ese viernes de setiembre justo antes de empezar las clases del nuevo curso. Todo el mundo olvidará que David Foster Wallace era un escritor ingenioso y divertidísimo. Nunca me lo hubiera podido imaginar. Es obvio que era una persona neurótica, obsesivo-compulsiva y depresiva, pero siempre había creído que tenía un magnífico sentido del humor que le ayudaría siempre a seguir adelante. Esto me da miedo, porque si hombres mejores que yo han caído, ¿qué me pasará a mí en el futuro? Ésta es una muerte que destruye todos los esquemas que me había construído sobre el mundo. He llorado tanto. Como ya no recordaba que podía llorar.

Me siento vacía. Pero ésta tampoco es la palabra adecuada. Siento que hemos perdido algo muy valioso. Todos nosotros lo hemos perdido. Siento que ya ningún autor podrá hablarme de la manera en la que me habló Dave. Leer sus libros es como tener una conversación con alguien extremamente inteligente que juega en una liga completamente diferente a la tuya. Al principio te sientes abrumado, que no estás a la altura, pero si persistes notarás como te coge de la mano para no soltarte ya jamás. Si tienes la suficiente paciencia como para oirlo hablar de estrategias de márketing del modo más árido posible, él te acabará contando cosas terriblemente íntimas sobre él mismo y tú te darás cuenta de que a ti te pasa lo mismo. Si tienes la suficiente fuerza de voluntad como para resistir frases que duran párrafos y párrafos que duran páginas, te darás cuenta de que él sólo quiere hacerte reír y que lo único que aspira a conseguir es que en su compañía te sientas menos sola. Si persistes te darás cuenta de que, aunque exigente, es el escritor más generoso que has conocido nunca. Es alguien que te acaba conquistando por su sentido del humor, su inteligencia, su ingenio, su fragilidad, su inseguridad, su sarcasmo, su ternura, sus obsesiones neuróticas y sus manías antisociales. Me ha dado tanto. Es todo tan triste.

He estado un buen rato pensando cómo podía titular este post. Nada me parecía adecuado. (Pero, sin embargo, cualquier cosa sería mejor que el titular del New York Times: "Postmodern writer is found dead"). Al final he decidido hacerlo con el título de un poema de Walt Whitman. Resulta que la dirección de su e-mail en la universidad empezaba con ocapmycap. Y ahora el poema parece terriblemente adecuado. Adecuado para mí y para todos los que le quisimos (o queremos) (aunque no lo hubiéramos conocido nunca en persona):



¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado,
el barco ha sobrevivido a todos los escollos,
hemos ganado el premio que anhelábamos,
el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡oh rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas,
por ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido,
de vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto.


Walt Whitman




Pero no puedo terminar este post sin dejar que hable por él mismo:



"Una obra de ficción es una conversación que permite enfrentarse a la soledad esencial que se da en el mundo. Entre los seres humanos se da una situación de incomunicabilidad de emociones. La comunicación entre el creador y el lector es algo extraordinariamente misterioso. La buena literatura provoca una experiencia que permite trascender el aislamiento de orden subjetivo. Yo no sé si funcionará en español, porque es un término sumamente idiomático e idiosincrático, en realidad, la expresión de un sonido. Lo encontré una vez leyendo a Auden o Yeats, no recuerdo exactamente. Es como una epifanía, en el sentido que le daba Joyce al término, una revelación, la sensación de armonía y perfección que se siente en presencia de la obra bien hecha, de la obra de arte que logra su cometido. Es como un clic, el sonido que hace una caja que está perfectamente elaborada al cerrarse. El efecto inefable que provoca el contacto con la obra de arte. La comunicación entre distintas conciencias pensantes que se deriva de la contemplación de la belleza poética. En el acto de la lectura se da un componente que es el intento de establecer comunicación con otra conciencia, una interpenetración. Lo que llamo el clic es la capacidad de reconocer pensamientos y sentimientos que el lector siente como suyos, pero que no es capaz de verbalizar. Yo, como lector, en el momento de la lectura siento que el autor ha dado con las palabras que necesito para dar expresión a mis sentimientos. No les he dado forma yo, pero no por eso son menos mías: gracias al poeta, al escritor, han sido transfiguradas, y expresadas en una frase de gran belleza. En ese momento, el mundo cobra plenitud, solidez, rectitud."




Me siento tan sola. Lo voy a echar tanto de menos. Y la vida ya nunca más volverá a tener sentido.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Aún no me lo puedo creer. No quiero créermelo. No puede ser.

Writer David Foster Wallace found dead

Desde que me he enterado hace una hora que no he parado de llorar.

La vida es tan deprimente.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Epílogo: Dudas, dudas, y más dudas

Me he pasado las últimas 24 horas intentando dar respuesta a los interrogantes que me quedaron al terminar 'La Broma Infinita', ya sea leyendo reflexiones de otros o bien releyendo fragmentos del libro (básicamente el principio con la entrevista a Hal y su posterior viaje en ambulancia al hospital). Me he dado cuenta de que es un libro circular, porque termina en el Noviembre del Año de la Ropa Interior para Adultos Depend y empieza aproximadamente un año después, en el Año de Glad, con una escena que es concecuencia directa de lo que pasó hace un año (si Hal está tan mal es por algo que pasó hace un año). Queda todo un año de elipsis y una de las principales incógnitas es saber qué pasó durante este año, algo que podría dar por otro libro igual de largo que 'La Broma Infinita'. Pero vamos por partes:

¿Qué pasa con Hal?

Pues al final Hal sabía lo de los líos de su madre y no le importaba un pimiento. Hal está aún más alienado de lo que yo creía. En la debacle del Escatón es verdad que dice que Hal tiene que tocarse la cara para ver si pone cara de sorpresa o de susto, así de disociado está de sus propias emociones. La mayoría de teorías apuntan a que Hal se le va la olla porque toma DMZ, la droga de los 60 superpotente que fríe cerebros y que consiguió Pemulis, pero a mí me gusta más creer la otra teoría, la que dice que a Hal se le va la olla porque deja de tomar marihuana. Su vida es tan deprimente que la marihuana es lo único que le permite seguir funcionando. Pemulis insinúa que quizás no deba dejar la marihuana, porque dejaría de ser él mismo, y al fin y al cabo es cierto que las adicciones son lo que nos define. Y, en parte, es lo mismo que le pasó a Él Mismo: dejo de beber y se deprimió tanto que acabó suicidándose. Los residentes de la Ennet House sobreviven a lo de dejar la droga porque la sustituyen por la palabrería de los Alcohólicos Anónimos, que es comparada más de una vez con una secta.

Hay muchas teorías que apuntan a que James Incandenza abusó sexualmente de Hal. Yo me niego a creerlo. Las teorías se basan en el hecho de que Hal mira y comenta un buen rato la película 'Complice' de su padre donde hay una violación homosexual. Para mí James Incandenza es básicamente asexual. Del mismo modo que lo es Hal. Como Orin, yo creo que Él Mismo llegó virgen al matrimonio con Avril y nunca le ha interesado el sexo. Hal colecciona grabados bizantinos eróticos en lugar de mirar revistas guarras. Quiero decir que tanto Hal como Él Mismo están disociados de sus emociones y el deseo sexual no va a ser una excepción. Pero del mismo modo que aunque Él Mismo es asexual llega a tener relaciones heterosexuales (con su mujer y nada más), Hal tiene una homosexualidad latente (es por eso que mira la película), aunque básicamente es asexual. Eso es lo que me gusta pensar a mí. En todo casi si alguien en esta familia (en la que nadie habla con nadie, ya que todos cuando hablan con otro miembro de la familia lo único que hacen es monologar) comete incesto son Avril/Orin. Es cierto que parece incesto no consumado y que la única vez que se dice que se consumó lo dice Molly Notkin, de la que no creo que podamos fiarnos mucho, pero a mí me gusta creer que fue consumado cuando Orin ya había pasado de la edad de consentimiento. Pero quizás no sea así. En todo caso, Orin no se habla con su madre básicamente porque está celoso de todos los líos que ha tenido (aunque él no lo racionalice de este modo) y si tampoco se habla con Marlon Bain es porque Marlon Bain se lió con su madre (¡lo sabía!)


¿Qué pasa con Hal y con Don Gatelly?


Don tiene un/a sueño/alucinación premonitorio/a en que se ve a él mismo excabando una tumba con un niño muy triste, pero es demasiado tarde. Tenemos otra referencia a esta escena. Al principio de la novela, cuando Hal está de camino al hospital recuerda que él y Donald Gatelly han excavado la tumba de su padre en busca del cráneo mientras John Wayne los estaba mirando. Buscaban la copia original del Entretenimiento, pero alguien llegó antes que ellos. Esto debe de haber sucedido pocos días antes de la entrevista de Hal. ¿Cómo se conocieron Hal y Don? Yo creo que en el hospital. La primera vez que tuvieron que ingresar a Hal compartió habitación con Don. Antes Don ya había compartido habitación con alguien con una caja en la cabeza, que se trata de Otis P. Lord, el niño de la Academia que en la debacle del Escatón terminó con un monitor incrustrado en la cabeza. (¿O también podría ser que se conocieran a través de Joelle?) ¿Y por qué John Wayne está ahí? Mi teoría preferida es la que dice que John Wayne en principio es un espía de los Asesinos en Silla de Ruedas (AFR) (al fin y al cabo los AFR dicen que dentro de la Academia tienen infiltrados una profesora, la que está de cháchara con Hugh Steepily; un alumno y creo recordar que alguien más pero ahora no estoy segura), pero digamos que John Wayne ha pasado tanto tiempo infiltrado que se ha cambiado de bando y cuando se entera de que los AFR quieren divulgar el Entretenimiento le pide ayuda a Hal (me parece que esto suena demasiado a peli de Hollywood, ¿no?) y Hal pide ayuda a Don (¿simplemente porque es forzudo?) También se podría creer que John Wayne realmente es malo y que quiere la cinta para los AFR. (Aún podía ser más Hollywoodiense e inventarme una historia en la que Avril le pide a John Wayne que vaya a desenterrar el cuerpo de su marido para que la cinta no se divulgue y manche el buen nombre de la familia/la Academia, y John Wayne lo hace por amor y tal. Sé que es muy difícil imaginarse a John Wayne sintiendo amor y también a Avril pidiendo algo.) (Pero también podría ser Shakesperiana y decir que el fantasma de James Incandenza, que es el responsable del cambio de mobiliario en la Academia, finalmente se aparece a Stice y se lo cuenta todo y Stice se lo cuenta a Hal, pero no sé por qué demonios Hal confiaría en John Wayne. En todo caso, quedaría muy Hamlet.)


¿Qué pasa con el Entretenimiento?

Me gusta creer que lo han encontrado los AFR y que lo van a distribuir (claro que también podría ser que lo hubieran encontrado los Agentes del Gobierno). Cuando empieza el libro, en el Año de Glad, no sé dice nada porque aún está por pasar (los AFR acaban de encontrar la cinta original), pero pasará. Habrá campañas del Gobierno previniendo la población, pero habrá muchísima gente que lo probará. Se dice que la difusión del Entretenimiento será la fin de la ONAN y el tiempo subsidiado. Me gusta creer que así será. Estados Unidos prácticamente dejará de existir como nación, Canadá y el Quebec conseguirán su independencia y el año de Glad será el último año del tiempo subsidiado. Luego vendrá otra cosa. Pero ¿qué pasa con el Entretenimiento? ¿Sabía Él Mismo que era letal? Yo creo que no. ¿Lo hizo sólo para tratar de comunicarse con Hal? ¿De qué va realmente, porque Joelle y Molly cuentan un argumento muy distinto?


¿Qué pasa con Orin?

Cuando termina el libro está atrapado en una especie de vaso siendo invadido por cucarachas, método de tortura refinado para que cuente donde está la copia base de La Broma Infinita. La Interrogadora es Luria P., que aún no me quedó claro si era parte de los AFR o de otro grupo de terroristas canadienses. En todo caso, teniendo en cuenta sus métodos veo bastante improbable que sobreviva. Pero ¿por qué no hay mención de su muerte en el Año de Glad? Lo cierto es que tampoco hay mención que aún esté vivo. Una parte de mí le gustaría creer que los Incandenza ni se darían cuenta de que Orin ha muerto. Con el único que tiene contacto es con Hal a través de llamadas que Hal considera más bien un engorro. Por lo tanto si dejara de recibirlas no las echaría de menos. Lo que pasa es que Orin es un famoso pateador y si desapareciera saldría en las noticias. De todos modos, ¿es Orin quién les cuenta a los terroristas dónde está la cinta original? Orin está tan acojonado con las cucarachas que dudo que pueda transmitir información útil. Y si fuera Orin quién se lo hubiera dicho, los AFR estarían tardando mucho en hacerse con la cinta y distribuirla, y últimamente estaban muy impacientes. Por lo tanto parece más probable que se hubieran enterado más tarde por otro conducto, pero ¿cuál? Además, cuando se termina el libro los AFR camuflados están a punto de enfrentarse a los alumnos de la AET y está claro que los AFR quieren secuestrar a alguien de la familia. Hay muchas teorías que apuntan que va a ser Avril, pero Avril prácticamente nunca sale de casa, no creo yo que saliera para ir a ver un torneo chorra en unas pistas de tenis alquiladas. Mi teoría es que el plan de los AFR fracasa porque 1) Avril no asiste, 2) Hal al final no participa (es aquel día en que lo tienen que llevar a urgencias, le da el patatús que puede ser por tomarse DMZ o por falta de marihuana, no sé) y 3) no sé si Mario va al torneo pero creo que lo descartarían porque lo tomarían por retrasado. Así que no sé cómo es que se enteran de dónde está la cinta original. Me gustaría pensar que pueden haber cogido a Joelle y, de paso, haberla matado, porque es un personaje que me cae fatal, pero va a ser difícil, porque Marathe al final no informó a los AFR de que Joelle estaba en la Ennet House.


¿Qué pasa con Avril?

¡Sabía que estaba liada con Marlon Bain! Lo del medico islámico me vino más de nuevo. Tiene que ser el mismo médico islámico que es la primera víctima del Entretenimiento. Pero ¿quién le envía el cartucho? ¿Él Mismo desde el más allá o algo? Lo dudo porque si tuviera que empezar a mandar cintas a todo el que se había liado con su mujer no terminaría nunca. ¿Puede que lo mande la misma Avril porque está despechada?


¿Qué pasa con Joelle?

¿Está realmente desfigurada o sólo lleva velo porque es tan guapa que nadie puede resistir su belleza? ¿A quién le importa? A mí no. Pero si me pedís mi opinión creo que es por la belleza, porque así esto ligaría con la idea del Entretenimiento, porque exceso de belleza/placer es malo y tal.


¿Qué pasa con Mario?

Probablemente Mario sea mi personaje favorito del libro. Me encanta su ingenuidad y su bondad. En un momento se lo compara con Aliosha de 'Los hermanos Karamazov', una comparación totalmente acertada, pero Mario no tiene el aire insoportable de santurrón que tiene Aliosha. No tengo ninguna duda de que Mario es hijo de Charles Tavis y todos en la familia Incandenza, menos los hijos, lo saben. Lo que le delata son los dientes que son parecidos a los de la madre biológica de C.T. Y C.T. lo sabe y por eso no puede estar a solas en la misma habitación que Mario. Avril y Él Mismo también lo sabían, porque a Hal y a Orin de segundo nombre les pusieron "James" como el padre, pero a Mario no.


Probablemente me haya quedado algo en el tintero.

martes, 12 de agosto de 2008

Día 30: Esto se ha acabado

Lo he conseguido. La he terminado. Ahora me parece un poco absurdo lo acojonada que estaba antes de empezarla. No había razón para estara asustada. He tardado 30 días en leerla, a un ritmo de unas 40 páginas por día. Es una empresa asequible dentro de las medidas humanas. Ciertamente si no hubiera estado de vacaciones completas hubiera tardado mucho más en leerla. También es cierto que se necesita una dosis muy elevada de paciencia. Y también es verdad que ha supuesto uno de mis mayores retos como lectora. Pero se puede conseguir perfectamente, aunque tienes que mentalizarte para leer un parrafón sobre un personaje que tardará 500 páginas en volver a aparecer y para encontrarte hechos que no tendrán significado hasta 300 páginas después, y también tienes que armarte de paciencia porque no hay ninguna línea argumental visible y porque hay párrafos que duran páginas y páginas y oraciones que duran párrafos, y te tienes que mentalizar que habrá preguntas que no tendrán respuesta.

Yo recomendaría a todo el que se anime a leerla que no se preocupe por dónde va ir a parar la cosa e intente disfrutar del camino. En mi caso me ha enganchado porque pronto me he encariñado por muchos personajes y porque es divertidísima, con un humor negro y grotesco delicioso. Pero también es muy triste. Y esto es lo que la hace tan grande. Me han quedado un montón de preguntas sin resolver y tendré que volver a releerla algún día. Tan pronto como pueda. Es una novela sobre la adicción de lo más adictiva. Es una novela que te implica y todo el rato que la estás leyendo te sientes acompañada, aunque la estés leyendo sola. Es una novela sobre personajes pasivos que te invita a hacer una lectura activa. De hecho no estoy segura que sea una novela. Porque no tiene ni principio ni fin. Realmente podría ser infinita. No es una historia, ni tampoco una recopilación de personajes y/o escenas, es todo un mundo. Es uno de los mejores libros que he leído. Es una de las mejores experiencias en mi vida como lectora. Probablemente nadie la encontrara perfecta como novela pero es perfecta como experiencia. Casi como experiencia alucinógena. Nunca he sentido que la intención de David Foster Wallace fuera fardar como pasa en tantas de estas novelas más grandes que la vida sino que su intención principal es entretenerte, hacerte reír, pero también hacerte sentir menos sola viendo que todos los personajes están solos.

Mañana (o pasado) escribiré otra entrada intentando analizar aspectos concretos de la novela. De momento esto es sólo una entrada de celebración. Pero no deja de ser una victoria amarga, porque estoy muy triste porque todo ha terminado y nunca sabré lo que le ha pasado a Hal Incandenza, y a Don Gatelly, y a Michael Pemulis, o lo que les pasó a James Incandenza y a Avril Incandenza. Nunca volveré a saber nada más de estos personajes, de los cuales lo sé todo y no sé nada. En realidad nunca había estado tan triste por haber terminado un libro. Intentaré ver si puedo ordenar mejor mis impresiones y mis ideas que aún están muy confusas y a ver si encuentro alguna respuesta a las miles de preguntas que han quedado en el aire. Y que quede claro que creo que lo de que queden tantas preguntas sin respuesta, que sea una novela que al terminarla te deje un buen rato pensando, que se trate de un libro que te permita indagar tanto en él, es una excelente virtud.

DFW aparte, esta experiencia me ha hecho ganar una confinza ilimitada en mí misma como lectora. Ahora me veo capaz de terminar 'Moby Dick' y 'Anna Karenina' y todo lo que se me eche por delante. Pero muy especialmente me veo capaz de terminar otras obras de lo que alguien denominó como realismo histérico, como el 'Mason y Dixon' de Thomas Pynchon, e incluso 'La vida y opiniones de Tristram Shandy' de Laurence Sterne, por más que he renegado incontables veces de este libro en el pasado. Pero probablemente no lo haré aún, porque no tengo tiempo. Mi plan de lectura de ahora mismo consiste en dedicar una semana o diez días para leer libros cortos (hoy he empezado 'Arcadia' de Tom Stoppard y a la segunda línia ya me estaba partiendo derisa) y luego dos semanas a leer el novelón 'Los Maias' de Eça de Queirós, que tiene casi 800 páginas pero que al ser clásico decimonónico será más rápido y fácil de leer que 'La broma infinita'. Y luego ya está, porque será setiembre, ya se habrán terminado las vacaciones y mi futuro es muy incierto.

domingo, 10 de agosto de 2008

Día 28: Esto se acaba

Voy exactamente por la página 1004, me quedan por tanto 88 y confío en que lo terminaré el martes o como muy tarde el miércoles. Soy consciente que van a quedar muchas cosa sin resolver y esto me molesta y no me molesta. No me molesta porque esto reforzará (¿reforzaría?) la idea de que es una novela sin principio ni fin. Y si me molesta no es tanto por qué no podré saber qué le ha pasado a Hal y a Don Gatelly y a todos los otros personajes, sino porque ya no los veré nunca más. He convivido un mes con ellos y los he llegado a querer mucho. Creo que no me molestará tanto que se acabe con hilos no resueltos e interrogantes sin resolver, sino que simplemente me molestará que se termine. Así de mucho me está gustando esta novela.

sábado, 9 de agosto de 2008

Día 27: Sueños, espectros y microondas.

Una cosa que me encanta de 'La broma infinita' (una de las muchas cosas que me encantan) es que muchas veces no te cuenta directamente las cosas sino que te deja que las adivines. Por ejemplo, cuando los peques de la Academia están buscando en los túneles subterraneos de la Academia una rata feroz supuestamente originaria de la Gran Concavidad se encuentran con todas las cosas que ex-alumnos han abandonado allí, pero también encuentran un microondas sin puerta. Ninguno de los niños ni el narrador comentan nada, pero nosotros adivinamos que se trata del microondas con el que James Incandenza se suicidó.

Pero también hay revelaciones más significativas que ésta que no deja de ser una anécdota. Por ejemplo, a Don Gately mientras está postrado delirando en una cama de hospital, después del balazo que ha recibido en el hombro en una pelea épica con tres canadienses que querían cargarse a Lenz porque se había cargado a su perro, se le aparece un espectro de lo más peculiar. El espectro reune unos cuantos detalles espeluznantes, entre los que destacan el hecho de que es tan detallado que Don incluso ve que tiene pelos en la nariz y el hecho de que cuenta a Don sus problemas y sus frustraciones con palabras que Don no había oído nunca antes. Nunca se nos dice quién es este espectro, pero podemos adivinar que se trata del mismo James Incandenza. Yo no lo adiviné hasta que el espectro cuenta que antes de morir estuvo 90 días sobrio y luego los detalles que se habían dejado caer antes cobran sentido y tenemos que releer todo el pasaje para enterarnos que una de las mayores frustraciones de James Incandenza es que se convirtió en un figurante sin diálogos y que encima tuvo que ver como su hijo (deducimos que Hal) se convertía también en un figurante sin diálogos sin que nadie más se enterara del cambio.

Me encantan todas las pesadillas y alucionaciones y/o apariciones que tiene Don cuando está en la cama de hospital. David Foster Wallace capta perfectamente la angustia del mundo de los sueños, capta perfectamente la angustia que se esconde en los hechos más triviales, de un modo parecido al que hace David Lynch en sus películas. El sueño más espeluznante es en el que Don Gatelly sueña que está en la cocina de casa de una vecina que tuvo cuando era pequeñín (una vecina que era considerada como una loca por todos los otros vecinos y que acabó colgándose), pero en lugar de la vecina loca está Joelle que le cuenta la idea principal que hay en la película 'La broma infinita', de la que Don Gatelly no puede saber nada, la idea rara esa que a todos nos mata una mujer que en la próxima vida es nuestra madre. Raro de narices y seguro que aquí detrás hay un significado que aún no puedo adivinar, pero que espero adivinar antes de terminar el libro.

viernes, 8 de agosto de 2008

Día 26: Michael Pemulis

Han dado la patada a Pemulis. Se veía a venir, pero me ha dado mucha pena Oh, pobre Mickey. Al menos se ha despedido a lo grande: la razón por la que ha sido expulsado de la Academia es proporcionar una droga alucinógena a John Wayne. Ha sido sin querer, todo ha sido por culpa de mezclar unos frascos: John Wayne sólo quería un analgésico suave pero ha acabado tomándose la droga que tenía que tomarse el propio Pemulis para estar en forma de cara al partido de entrenamiento con Freer. Claro que Michael notaba que no le hacía efecto. Y a John Wayne, el número uno de la Academia, el impasible y perfecto John Wayne, no acostumbrado a las drogas, se le ha ido la olla y ha acabado rajando de todo el mundo a través de la megafonía interna de la Academia. Espectacular. Incluso más que la vez en la que Pemulis puso ácido en la bebida de su contrincante para poder clasificarse en un torneo. Una lástima que den la patada a Pemulis, porque es un personaje que me encanta. A pesar de lo de echar droga en la bebida de sus contrincantes, es alguien noble, amigo de sus amigos (sobre todo Hal) y compasivo: me encanta que su última acción en la Academia, después de drogar a John Wayne, sea la de intentar consolar a un niñito pequeño que llora solo en los vestuarios porque "todo es falso". Además del colocón de John Wayne, otras escenas divertidísimas que han sucedido últimamente son: Hal equivocándose de reunión de grupo de apoyo (y en lugar de terminar en una de Narcóticos Anónimos acaba en una rarísima para hombres hechos y derechos que aún están traumatizados porque sus padres no les querían), Orin matando al perro de su madre (porque iba tan colocado que cogió el coche y no se dio cuenta de que el perro estaba atado al guardabarros y lo fue arrastrando hasta que se convirtió en un trozo amorfo de carne), la última cena de Acción de Gracias en casa de los padres de Joelle con Orin como invitado (en que se acaba sabiendo que su padre siempre ha estado enamorado de su hija, la madre se suicida lanzándose al triturador de basura y Joelle queda deformada porque su madre quería tirar ácido a su padre pero falló en el intento). Este libro cada vez me parece más divertido. Y en un tono más serio, cada vez más veo que otro de los temas principales de este libro es el de las relaciones entre padres e hijos, incluyendo incesto y abuso.

jueves, 7 de agosto de 2008

Día 25: Bajo la superficie

Ya dije anteriormente que Joelle no es uno de mis personajes favoritos precisamente, pero la escena de la cena de Acción de Gracias en la que Orin presenta a toda la familia Incandenza a Joelle como su novia me encantó. Como en la mayoría de las escenas de 'La broma infinita' no sucede mucho y el lector tiene que intentar encontrar el significado que se oculta detrás de estas escenas triviales. Se trata de buscar sin saber bien lo que estás buscando. Y puede que lo que acabes encontrando acabe contando más de ti que de la novela. Joelle ve que en Avril, la Mami Incandenza, hay algo que no le gusta, que le pone los pelos de punta, pero no sabe decir qué es, porque Avril es perfectamente educada, amable y ni siquiera parece falsa. A nosotros, los lectores, probablemente Avril también nos ponga los pelos de punta y tampoco sabemos por qué. Sí, es fría con sus hijos, pero no es sólo esto. Lo que más me desconcierta es que no tenemos pruebas ni de que quiera a sus hijos ni de que no los quiera. Igualmente desde el principio sabemos que algo está mal para Hal, que no es feliz, aunque no dé ni una muestra de ello, pero nosotros lo intuímos sin poder explicar por qué.

Creo que una de las grandes virtudes de David Foster Wallace es transmitir una serie de intuiciones o sensaciones que no se pueden explicar de forma racional. DFW siempre es ambiguo y sutil. DFW nos describe las escenas insinuando que debajo hay más de lo que se ve, pero es nuestro trabajo determinar qué es lo que hay debajo. Es por esto que me encanta, porque no trata al lector como un ser pasivo, sino como alguien activo que tiene que poner de su parte para poder interpretar la novela. Estoy segura de que si a varias personas les preguntaran de qué va 'La broma infinita' las respuestas variarían mucho: se coincidiría con algunos de los temas clave (la adicción, el entretenimiento), pero habría muchas respuestas que serían realmente dispares. Y esto es admirable en una obra.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Día 24: Ironía

Dos de los ensayos de David Foster Wallace que más me ayudaron a entender David Foster Wallace (paradójicamente o no) son dos ensayos sobre otros dos autores: Kafka y Dostoievski, que resulta que son dos de mis escritores favoritos. Se pueden encontrar en el libro 'Hablemos de langostas' y se trata de dos ensayos geniales que no sólo te contagian unas ganas irresisitibles de leer (o releer, si es el caso) estos dos autores sino que además dan un punto de vista nuevo de dos autores sobre los que parece que ya todo ha sido dicho. En el ensayo sobre Dostoievski, DFW argumenta que hoy en día si alguien escribiera como Dostoievski se reirían en sus narices, porque Dostoievski es un escritor serio que trata de temas serios, habla de filosofía y religión de una forma seria y profunda, y nosotros estamos acostumbrados al perpétuo cinismo, a llevar una máscara de ironía que nos impide tomarnos nada en serio. En el ensayo sobre Kafka, DFW argumenta que Kafka es oscuro y deprimente, pero que también tiene un sentido del humor divertidísimo. Kafka es el perfecto ejemplo de que se puede ser serio y trascendental pero a la vez divertido. (Y yo opino que con Dostoievski también pasa lo mismo: yo me río mucho leyendo Dostoievski.) Y en el fondo lo que pretende DFW es conseguir esto: hacer una obra divertida pero a la vez seria. La ironía en dosis mesuradas está muy bien y en literatura nos sirve para alejarnos del sentimentalismo, pero la ironía en dosis excesivas impide que aparezca algo de sentimiento, que no es lo mismo que sentimentalismo, aunque a veces parezca que nos quieran hacer creerlo. Y la obra de DFW es esto: una lucha para huir tanto de la simple ironía como del sentimentalismo puro, una lucha para aconseguir el equilibrio justo entre el humor y el sentimiento.

martes, 5 de agosto de 2008

Día 23: Es tarde, así que una cita rápida

Lo bueno de David Foster Wallace (y de toda la buena literatura) es que es capaz de expresar en palabras algo que tu intuías pero que no podías acabar de formular.

"Es curioso que las artes de este Estados Unidos milenario traten la anhedonia y el vacío interior como algo que está de moda. Acaso se trate de vestigios de la glorificación romántica de la Weltschmerz, que significa cansancio del mundo o hastío contemporáneo. Tal vez esto se deba al hecho de que aquí las artes son producidas por gente mayor cansada del mundo y refinada, y consumidas por gente más joven que no solo las consume, sino que las estudia a la búsqueda de claves para ir con los tiempos, lo cual implica ser aceptado, admirado o incluido y, por ende, no estar solo. Olvidémonos de la llamada presión de los pares. Es más como hambre de pares. ¿O no? Entramos en una pubertad espiritual en la que descubrimos el hecho de que el gran horror trascendental es la soledad, el enjaulamiento en el propio ser. Una vez que alcanzamos esa edad, damos o recibimos lo que sea y usamos cualquier máscara para encajar, para no Estar Solo, nosotros, los jóvenes. Las artes norteamericanas son nuestra guía a la inclusión. Una guía práctica. Nos enseñan a fabricarnos unas máscaras de hastío e ironía cansada a una edad en que el rostro es lo bastante dúctil como para asumir la forma de lo que lleva puesto. Y luego allí se queda ese cinismo fatigado que nos salva del sentimentalismo empalagoso y de la candidez no refinada. En este continento, sentimiento equivale a candidez."

lunes, 4 de agosto de 2008

Día 22: La Gran Concavidad

A parte de que los años ya no se cuenten por números sino que sean esponsorizados y que por tanto existan años como el Año de la Ropa Interior Para Adultos Depend, para mí otro de los grandes aciertos de 'La Broma Infinita' a la hora de inventar una nueva situación mundial en clave párodico-crítica es la Gran Concavidad. La Gran Concavidad es una gran zona inhabitable de Canada a causa de grandes cantidades de contaminación. Por culpa de esta contaminación nacieron muchísimos niños con cráneos reblandecidos y hay numerosas leyendas sobre la fauna que habita esta zona: se dice que hay insectos del tamaño de un Volskwagen, manadas de ratas feroces, etc. No me ha acabado de quedar del todo claro el origen de la Gran Concavidad, pero entendí que la contaminación llegó a ser tan alta que se tuvo que evacuar la zona y el presidente de la ONAN (la unión de las naciones de América del Norte: y de aquí que los partidarios de esta nueva reconfiguración del territorio se llamen ONAN-istas) puso especial émfasis en que el ejército proporcionara ropa a los niños y que disparara contra todos los animales con cuernos, porque mientras no hubiera niños desnudos ni animales con cuernos, no se podría considerar que se trataba de refugiados, que siempre dan muy mala imagen. Me encanta el detalle de que ahora todos los residuos se envíen a través de una lanzadora a esta Gran Concavidad, ya que se la tiene que alimentar, porque si no la fauna indescriptible y misteriosa que habita en ella empezará a consumir territorios que aún son habitables, es decir, (paradójicamente) se tiene que ir alimentando la Gran Concavidad para que no vaya creciendo.

domingo, 3 de agosto de 2008

Día 21: Detalles

Detalles de 'La broma infinita' que personalmente me encantan por ninguna razón aparente:

01. Que tantos personajes del libro padezcan enfermedades o tengan deformidades u otros defectos físicos.

02. Que Mario sea el único personaje de la Academia capaz de tomarse algo en serio, sin enmascararlo con ironía. Y me encanta cómo a él le encanta estar en la Ennet House porque es una zona libre de ironía.

03. La forma en la que Mario quiere a su hermano Hal, con una intensidad y una conexión casi físicas.

04. Odio a Orin, pero me gusta el hecho de que cometa errores gramaticales/léxicos que no haría ni un niño de tres años. No es el más brillante de la familia, pero no me creo que sea tan zoquete como para cometer estos errores, sospecho que inicialmente lo hacía sólo para fastidiar a su mami y a su hermano Hal (que son dos fanáticos de la corrección gramatical), pero que ahora está tan acostumbrado a hacerlos que los hace a todas horas, con todo el mundo, no sólo con su mami y su hermanito.

05. Que tanto para los niños de la Academia como para los drogadictos de la Ennet House, las instituciones en las que residen son como un refugio del mundo exterior, del mismo modo que para los personajes de 'La montaña mágica' el sanatorio también era un refugio.

06. El estanque con patos del parque que se drena cada año, que debe ser un claro homenaje a 'El guardián entre el centeno', ¿no?

07. Los paralelismos con el 'Hamlet' (a desarrollar más adelante).

viernes, 1 de agosto de 2008

Día 19: Un tratado sobre la adicción

Como comentábamos, probablemente el tema principal (o uno de los temas principales) de 'La broma infinita' sea la adicción en sus diferentes formas. Muchos de los personajes son adictos a diversos tipos de drogas: principalmente el alcohol (James Incandenza, Don Gatelly) o la marihuana (Hal Incandenza, Ken Erdedy, Kate Gompert). Pero hay muchos otros tipos de adicciones más atípicas. Empecemos con Mario, Mario es adicto al programa de radio de Madame Psicosis (sobrenombre que coincide con el nombre de la poderosa droga alucinógena de los 60 que te evapora el cerebro y que Hal y Pemulis han conseguido y se verá si van a probar). Su hermano mayor Orin es adicto a seducir y utilizar mujeres que son madres (y yo estoy de acuerdo con Hal, que opina que esto debe tener algún que otro significado edípico). Lenz, después de dejar (más o menos) la cocaína, se ha vuelto adicto a matar animales callejeros de forma sádica: empieza con ratas, sigue con gatos y continua con perros, y de momento se ha detenido aquí. Es adicto a la violencia, pero una violencia ritualizada.

Sin embargo, creo que a lo que son adictos la mayor parte estos personajes no es tanto al placer que les puede proporcionar la sustancia a la que están enganchados, sino más bien el ritual que deben seguir para consumir esta sustancia. Por ejemplo, se dice que Hal disfruta más del hecho de fumar en secreto marihuana que de la marihuana en sí. Las adicciones son comportamientos obsesivos-compulsivos y creo que a lo que de verdad son adictos estos personajes es a las rutinas obsesivo-compulsivas que entrañan cualquier adicción. No sé si me explico. Es como si cada pequeña obsesión que tenemos fuera una adicción. Avril, la madre de la familia Incandenza, es adicta al orden, la limpieza y la corrección gramatical. C.T, el hermanastro de Avril y posible padre biológico de Mario, diría que es adicto al trabajo, básicamente a hacer cuadrar los horarios, una adicción no muy diferente a la de su hermanastra.

Luego, la obsesión de Pequeño Ewell para conocer el significado de los tatuajes de sus compañeros de la Ennet House no deja de ser otra adicción: necesita saber qué significan los tatuajes y parece que nunca tiene suficiente. Se podría decir que la obsesión de Schacht para la higiene y la salud dental es otra obsesión/adicción. Y diría que los rituales supersticiosos de Marlon Bain también son otra obsesión/adicción. Y seguro que hay más casos así. Estoy convencida que todos los personajes son adictos a algo. Quizás en otro día continue haciendo esta lista.

(¿Por cierto, qué pinta Marlon Bain viviendo durante un tiempo con la familia Incandenza como si fuera uno más? Me huelo que aquí hay gato encerrado.)

jueves, 31 de julio de 2008

Día 18: Personajes (I)

En 'La broma infinita' inevitablemente hay un montón de personajes, tantos que a veces aún ahora me lío. Por ejemplo, confundo los adictos en recuperación de la Ennet House y no puedo distinguir los alumnos de la Academia de Tenis, a excepción de Hal, Pemulis y Schacht. Me encanta Schacht, el niño con la enfermedad de Chron y una rodilla jodida que ha aceptado que nunca se podrá dedicar al tenis y ¿será por esto que es el único de los chicos que se coloca sólo ocasionalmente y como quién toma una copa y deja el culo? Hal también me cae muy bien. ¿Cómo no me va a caer bien un niño que se ha memorizado el diccionario para impresionar a su mami? Y, aunque a mí siempre me suelen caer mal los chicos populares que son los bromistas y los líderes de la pandilla, también me cae bien Pemulis. Supongo que me cae bien porque no es brillante ni tenísticamente ni académicamente (aunque sospecho que esto último es sólo porque es un vago redomado). Y supongo que también me cae bien porque se lo curra, es un personaje activo (no como Hal), y probablemente también me cae bien porque tiene tanto miedo a ser expulsado, probablemente porque su familia son los compañeros de la Academia y no quiere volver a su familia biológica (porque creo recordar que estaba desestructurada de alguna forma u otra, pero no lo sé seguro, porque la verdad es que todos los niños vienen de familias disfuncionales en un grado u otro), y esto lo hace vulnerable.

Ah, y también distingo a John Wayne. ¡Y qué fuerte que John Wayne esté liado con la madre de Hal! Ay, Dios, pobre Hal, que no se entere, que no se entere, porque si no, con lo enamorado de su madre que está, lo pasará fatal, el pobrecito. Y supongo que otra razón por la que me gusta Pemulis es porque cuando pilla a este par con las manos en la masa, actúa como si fuera lo más normal del mundo y dice "Ahorraré tiempo a todos y no preguntaré si estoy interrumpiendo algo". Yo seguiré su ejemplo y no comentaré el hecho de que la madre de Hal haya hecho a disfrazar a John Wayne de jugador de futbol y que su hijo mayor, Orin, sea precisamente jugador de futbol. Ejem.

Avril, la madre de Hal, una especie de Gertrudis de 'Hamlet', superfría, me cae fatal. Supongo que es porque la veo a través de los ojos de sus hijos y de su difunto marido, y la veo como un ser egoísta, del que dudo que sea capaz de querer a otra persona que no sea ella misma. Aún así, quiero saber más de ella y de su promiscuidad. Pero quién me cae mal de verdad es Joelle, la Chica Más Bonita de Este Planeta. Le tengo tanta manía como la que le tiene Don Gately. Y esto es mucha manía (pero temo que esta manía inicial que tiene Don no evolucione en otra cosa; no, por favor, que no suceda). No me cae fatal porque yo sea una bruja y ella sea guapa. Es que es una pedante en busca de atención (¿intento de suicidio en medio de una fiesta? ¡no me fastidies!) Y en este caso sí que no quiero saber nada de ella y las páginas que le dedica el libro se me hacen inevitablemente pesadas.

Algo que me fascina de los personajes es que están todos conectados. A algunos les parecerá una tomadura de pelo que un personaje que sale en las primeras 50 páginas del libro no vuelva a salir hasta 500 páginas después, pero a mí me parece una jugada maestra. Ken Erdedy es el tipo que al principio, encerrado en su casa, espera impacientemente que le traigan marihuana y está 500 páginas sin aparecer y luego vuelve a aparecer en la Ennet House. Lo mismo pasa con Roy Tony, que sólo sale al principio, luego se le menciona como camello y luego sale en una reunión de Adictos Anónimos y está a punto de arrancarle la cabeza precisamente a Ken Erdedy. En la Ennet House también está Bruce Green, que es el marido de la mujer que tenía que traer la marihuana a Ken Erdedy al principio del libro. Pues eso, todos los personajes están conectados y esto da al libro una sensación de unidad perfecta.

miércoles, 30 de julio de 2008

Día 17: Hilaridad

Ayer dije que David Foster Wallace lo que busca es la empatía. Pero decir esto no deja de ser una forma de simplificarlo todo. Cierto que busca la empatía y a veces hay fragmentos muy duros y muy tristes, pero a veces hay fragmentos muy duros y muy tristes pero que son delirantemente y grotescamente divertidos. Está el fragmento de la joven promesa del tenis que no puede soportar la presión de finalmente ganar y, cuando llega a casa después de celebrarlo, se toma un vaso de Nesquick con cianuro, cae al suelo de la cocina, su padre se despierta por el ruido, al verlo le hace el boca a boca y acaba tragándose restos de Nesquick con cianuro que aún hay en la boca de su hijo, cae al suelo de la cocina, la madre se despierta por el ruido y al verlos les practica el boca a boca, acaba tragándose restos de Nesquick con cianuro y también cae al suelo, y lo mismo pasa con los otros seis hijos de la familia. Es grotesco y delirante y muy divertido.

Pero aún me reí más con el episodio de la alcohólica anónima que quiere excusarse de su alcoholismo contando su historia de una infancia desgraciada: ella era una niña adoptada y tenía una hermana que era hija biológica de sus padres adoptivos, pero tenía parálisis cerebral o algo y lo único que hacía era babear, la hija adoptiva se tenía que llevar a la hermana babeante siempre que salía con sus amigos o de fiesta, porque sus padres querían que fuera tratada como una niña normal. Y casi me siento mal porque esto me haga reír tanto, pero la cosa no acaba aquí: el padre cada noche entra en la habitación de las dos hermanas y pone una peluca a su hija biológica, la llama Raquel Welch y abusa de ella, mientras la hija adoptiva finge que está durmiendo en la cama de al lado. Contado así parece cruel y sin ningún tipo de gracia, pero la gracia está en la forma que lo cuenta. De verdad que es hilarante. Venga, lo que pasa es que la niña se convirtió en alcohólica porque su padre no abusaba de ella, sino de su hermana adoptiva. No es tanto que 'La broma infinita' a veces sea triste y a veces hilarante, yo más bien diría que es las dos cosas a la vez.

martes, 29 de julio de 2008

Día 16: Empatía

Probablemente sea cierto que toda la obra de David Foster Wallace se centre en la empatía. No tanto en que los lectores consigan sentir empatía por los personajes de sus obras, sino más bien que el propio DFW consiga sentir auténtica empatía por los personajes que crea. Evidentemente, la empatía por parte del lector viene después, pero primero tiene que venir por parte del escritor. A pesar de que DFW es un niño educado de casa bien, cuyos padres son profesores universitarios los dos, en 'La broma infinita' consigue ponerse en la piel de los drogadictos que han bajado al peor de los infiernos. Casi cuesta de creer que él, que es el perfecto intelectual neurótico con el sentimiento de culpabilidad de clase alta, pueda meterse en la piel (por ejemplo) de una mujer adicta a la cocaína que pare en el suelo de un motel sucio un feto que no llegó a formarse, sin rostro, y entonces le entra el sentido de la responsabilidad, lo envuelve en una manta y lo lleva siempre consigo como si estuviera vivo, a pesar de que cada vez hace más y más olor, y los insectos la persiguen. Pero lo consigue. Y es que él nunca describe desde fuera sino desde dentro mismo de los personajes. Se materializa en sus personajes. Será aquello tan tópico que dijo Flaubert de que "Madame Bovary soy yo", pero como nos enseña 'La broma infinita' a veces los tópicos no sólo son acertados sino también ciertos. Y en sus ensayos sucede lo mismo: sus ensayos no son nada más que intentos de comprender mundos totalmente alejados del suyo (los cruceros de lujo, el cine porno, las tertulias radiofónicas de derechas, la campaña del senador McCain, etc.) Y esta voluntad de empatizar hace que sea uno de los escritores más sinceros que he leído nunca.

domingo, 27 de julio de 2008

Día 14: Puede ser

¿Puede ser que uno de los temas de 'La broma infinita' sea la libertad de elección, que en realidad es tan limitada que prácticamente es sólo una ilusión? Puede ser. No creo que sea sólo que yo he leído demasiado teatro del absurdo últimamente y estoy viendo lo que quiero ver. Los niños de la Academia Enfield tienen ante si dos posibilidades cuando acabe su estancia: 1) Intentar entrar en el circuito profesional, vacunarse y hacer giras en torneos secundarios por países del tercer mundo esperando escalar en el ránking, o bien 2) Abandonar el tenis como salida profesional y limitarse al tenis universitario. Las dos opciones son igual de nefastas para el orgullo y no depende de ellos mismos poder elegir. Del mismo modo, todas las rutinas y los horarios cuadriculados de la Academia poco espacio les dejan para la libertad de elección. Incluso lo que es una rebeldía, drogarse, tampoco lo eligen: es la única válvula de escape que tienen.

Los adictos de la Ennet House por supuesto tampoco son libres: primero están esclavizados por la sustancia y si logran superar su adicción serán esclavos de la filosofía llena de lugares comunes de los Alcoholicos Anónimos. Y las rutinas y los horarios de la Ennet House son tan estrictos como los de la Academia Enfield. En realidad no eligen nada. Como mucho eligen la sustancia a la que se hacen adictos. Y ninguno de nosotros elige el entretenimiento al que nos dedicamos.

Somos seres pasivos que aceptamos lo que nos echen. Por esto cuando algún personaje se encuentra con el samizdat, la famosa película que rodó James Incandenza y que supuestamente proporciona un placer tan grande que uno muere extasiado, nadie se puede resistir a ella, la ven y la vuelven a ver, y mueren felices, anestesiados, engañados creyendo que han utilizado su libertad de elección. Es por esto que el radical quebequés en silla de ruedas nos insta a que nos saltemos las normas y de verdad elijamos algo, no la persona de la que nos enamoramos, ni el entretenimiento al que nos enganchamos, ni la sustancia a la que nos hacemos adictos, porque esto en realidad no es elegir: las opciones son demasiado limitadas como para que se considere una verdadera elección. Sin embargo dudo mucho de que ningún personaje de esta novela pueda llegar a elegir realmente algo. Todos no pueden hacer nada más que dejarse llevar.

Y fijaos como sutilmente ya he relacionado adicción a las drogas y entretenimiento. ¿Puede ser este parecido otro tema clave del libro? Puede ser.

sábado, 26 de julio de 2008

Día 13: El Escatón

En 'La broma infinita' hay más de 20 páginas dedicadas a explicar las reglas y a describir una partida de un juego de ficción, el Escatón, que probablemente sea aún más complicado que el Guyball. Para empezar, el reglamento tiene la longitud de 'The Pilgrim's Progress' y para saber quién ha ganado se tienen que usar complicadas fórmulas matemáticas teniendo en cuenta un gran número de los más variados factores. Para resumirlo se podría decir que es un juego de estrategia en el que se lanzan pelotas de tenis que representan cabezas nucleares. Se necesita el espacio de tres pistas de tenis que representen el mapa del mundo. El juego es toda una tradición en la Academia Enfield, nadie sabe bien quién lo inventó, y es comparado al ajedrez por las altas dosis de concentración que requiere. Y si al principio ya es algo desesperante leer sobre las reglas, porque no entendí prácticamente nada, más desesperante es asistir a la descripción de una partida que tiene lugar durante el Día de la Interdependencia. Yo ya no entendía qué pintaba todo esto en la novela, ya creía que era un episodio totalmente prescindible, pero una vez más me he dado cuenta de que nunca tengo que perder la fe en DFW, porque siempre hay una razón detrás de todo. Esta partida, de un juego tan racional e intelectual, acaba desembocando en una auténtica batalla campal. Oh, sí, en DFW todo siempre tiene su sentido. Una batalla campal en la que los niños pequeños (por fin) se entregan a actos de crueldad hacia el más débil mientras los mayores se lo miran sin hacer nada, en parte porque tampoco pueden evitar tener manía al niño débil. Y es que la Academia Enfield ya me empezaba a preocupar, porque parecía un lugar tan idílico en el que los niños, todos prodigios del deporte y de los estudios, vivían todos en perfecta harmonía, pero en esta escena que culmina de forma magistral se ve que el caos y la crueldad siempre está dentro de todos nosotros.

jueves, 24 de julio de 2008

Día 11: Sin título

He sobrevivido a una nota a pie de página de 20 páginas de extensión. No creo que todo el mundo pueda decirlo.

miércoles, 23 de julio de 2008

Día 10: Diga 333

Ya he superado la barrera psicológica de la página 333, es decir, ya he superado 1/3 del libro. Aún no tengo ni idea de cuál es el argumento ni por dónde va a ir la cosa. Es cierto que pasan cosas, pero en realidad no pasa nada. Parece que ha quedado establecido que la novela se centra en dos sitios, la Academia Enfield de Tenis y la Ennet House, un centro de desintoxicación, que geográficamente están a cuatro pasos el uno del otro. En el primer sitio los niños se colocan y en el segundo los adultos intentan superar sus adicciones. Y tengo la corazonada que alguno de los niños terminará en el centro en el futuro. De momento, pero, básicamente tenemos descripciones del funcionamiento de los dos centros, de sus rutinas y de los personajes que los habitan, pero nada que se parezca a una trama argumental. Esto no me estresa lo más mínimo. No es que DFW no te cuente nada, lo que pasa es que sólo está aún en el planteamiento y está presentando la situación, así que cosas nuevas aprendemos a cada página. Por ejemplo, ya he aprendido como lo tienes que hacer si quieres suicidarte metiendo la cabeza dentro del microondas. Es algo más complejo de lo que aparenta, tienes que tener conocimientos de bricolaje avanzado, porque tienes que hacer un agujero en la puerta del microondas, porque si no cierras la puerta, no se te va a encender el aparato, pero luego tienes que tapar con papel de aluminio el trozo que queda entre tu cuello y el agujero, porque el microondas para funcionar tiene que quedar herméticamente cerrado. Pero lo mejor de la escena es que cuando Hal, el hijo pequeño, llega a casa se dice que la casa huele muy bien, le entra hambre y va a ver qué es lo que se ha cocinado en la cocina, y luego encuentra a su padre. Qué humor negro más delicioso.

martes, 22 de julio de 2008

Día 9: Confesiones

Leyendo 'La broma infinita' no puedo dejar de pensar cuánto de sí mismo puso David Foster Wallace en esta novela. Y especialmente cuánto de él mismo hay en Hal Incandenza. No puedo evitar esta comparación porque la madre de Hal es una fanática de la gramática que sutilmente de una forma pasivo-agresiva empuja a sus hijos a conseguir éxitos académicos (especialmente en el campo de la gramática) de los que ella pueda sentirse orgullosa. Y, según lo que cuenta DFW en las notas de pie de página del ensayo sobre el diccionario del recopilatorio 'Hablemos de langostas', su madre en la vida real era clavadita. Esto de intentar encontrar detalles de la vida real de los escritores en sus obras es algo que no suelo hacer casi nunca. Normalmente me interesan las obras y no los escritores. Esto se explica porque me puedo enamorar de muchos escritores como escritores, pero sólo me he enamorado de un escritor como persona y éste es David Foster Wallace, pero es que es imposible leer sus ensayos y no enamorarse de alguien tan neurótico como él. Luego, hay unos pocos escritores de los que no me he llegado a enamorar, pero de los que me encantaría ser su amiga para toda la vida, básicamente Franz Kafka (porque me reconozco tanto en sus diarios y cartas que me da miedo) y Nick Hornby (porque tiene que ser un trozo de pan, divertido, sincero e ingenioso). Y ya basta de confesiones por hoy.

lunes, 21 de julio de 2008

Día 8: Rompiendo propósitos

Soy perfectamente consciente de que ayer no escribí. Bueno, he resistido seis días escribiendo a diario. Yo pensaba que aún rompería antes esta tendencia. Además, era domingo y supongo que incluso una servidora se merecía un día de fiesta. Los domingos son días tan lentos y perezosos que una no tiene ganas de hacer absolutamente nada. De hecho también tengo que confesar que este fin de semana no he cumplido con mi propósito de leer cuarenta páginas diarias. Sólo he leído 25. Pero es que tradicionalmente el fin de semana siempre leo menos y conté que, si cada día leía 40 páginas menos los fines de semana que serían 25 diarias, esto daba un total de 250 páginas por semana y en cuatro semanas podía terminar igualmente el libro, porque 250 multiplicado por 4 son 1000 y el libro, de hecho, tiene 1000 páginas si no contamos las notas a pie de página. El problema es que ahora que durante dos días he bajado mi ritmo de lectura, ahora hoy me encuentro que me está costando horrores volver a mi anterior ritmo y no sé si antes que se termine el día podré llegar a las 40 páginas previstas. Deseadme suerte.

sábado, 19 de julio de 2008

Día 6: Este libro es muy random

"Por favor, aprende a dormir con una perpetua quemadura de sol. Espera pesadillas. Vienen con el territorio. Intenta aceptarlas. Déjalas que te enseñen. Ten una linterna al lado de la cama. Ayuda con los sueños."

Se nota que la vocación de 'La broma infinita' es ser una novela total, porque a medida que va avanzando va introduciendo varios textos de diferentes procedencias que intentan transmitir la sensación que se nos está dando una mirada global sobre una sociedad futura que en realidad es la nuestra. Ya os digo yo que de aquí a unos años los años no se llamarán por su número sino por el producto comercial que los esponsoriza. Pronto llegaremos al Año de la Ropa Interior para Adultos Depend. Algo que me parece una de las muchas ocurrencias brillantes que tiene este libro.

Así, por ejemplo, nos encontramos con una lista de grupos terroristas del Quebec, transcripciones de sesiones terapéuticas en un centro de desintoxicación, la transcripción de un corto premiado de Mario Incandenza narrada por su hermano Hal, un trabajo del mismo Hal Incandenza redactado por una clase sobre la evolución de los héroes en las series policíacas, algún que otro e-mail, un ensayo de por qué los teléfonos con pantalla fracasaron, etc. Y por ahora no me molesta que la obra sea tan dispersa, tan caleidoscopica. Al contrario, me encanta. Se diría que estoy enganchada. Siento esa necesidad apremiante pero agradable de aprovechar el más mínimo momento para leer unas cuantas líneas, por pocas que sean. Eso sí, cada vez estoy flipando más con lo exigentes que son en la Academia Enfield de Tenis, tanto académicamente como tenísticamente.

viernes, 18 de julio de 2008

Día 5: Las muertes en DFW siempre son tragicómicas

Habiendo llegado prácticamente a la página 200 (de momento todo va según el plan pre-establecido), las tres muertes que hemos presenciado en 'La broma infinita' han sido tragicómicas sin excepción. Está la del hombre con un resfriado de caballo que murió atado y amordazado por unos cacos que entraron en su casa porque, con el resfriado, fue incapaz de respirar por la nariz y se ahogó después de una lenta agonía descrita con abundantes detalles. Está la del drogadicto al que le pararon una trampa, que en realidad no iba por él sino por su compañero, y en lugar de venderle droga normal y corriente le dieron una sustancia que le hizo morir entre espasmos de dolor y sangrando por los ojos hasta el punto que uno incluso se le salió y se le quedó colgando del nervio óptico. Es agradable que DFW sea tan gore. Y finalmente está la de la mujer con un corazón artificial que llevaba en un bolso. Pasó un caco travestido (el amigo del drogata muerto; es bueno ver que todo está conectado en esta novela) y le robó el bolso de un tirón. La mujer corrió detrás de él gritando "¡Deténganlo, me ha robado el corazón!" Y toda la gente se quedó sin hacer nada descojonándose, hasta que la mujer cayó desplomada al suelo. De esto aprendemos que para DFW no sólo la vida es absurda, sino que la muerte también lo puede ser. También se menciona de pasada la muerte de James Incandeza, que se suicidó metiendo la cabeza en un microondas y espero que más adelante se nos cuente esta muerte con todo detalle. Si hay alguién ahí fuera, que no me mire mal, que todos somos igual de morbosos.

jueves, 17 de julio de 2008

Día 4: ¡Hemos venido aquí a hablar del libro!

"Cuando llegan, siempre es Schtitt quien acaba experimentando con algunos helados exóticos. Mario siempre se acobarda y opta por el viejo y buen chocolate cuando llega el momento de decidirse ante el mostrador. Se deja llevar por aquello de que es mejor el sabor que ya sabes que te gusta."

Estando como estoy en la página 148 aún no tengo ni la menor idea de qué va 'La broma infinita' pero no me estreso para nada. Confío en DFW y sé que llegará el momento en que todo empezará a encajar. De momento intuyo que el núcleo de la novela es la Academia Enfield de Tenis y la familia que la dirige, la familia Incandenza. Y tengo la intuición que todos los episodios que parecen marginales y no conectados con este núcleo principal en realidad sí que lo están, como se descubrirá cuando llegue la hora. Si me preguntaran el tema de la novela diría que probablemente habla de miedo, soledad, paranoias y sobre todo adicciones. Hay una gran cantidad de personajes adictos a las drogas recreativas y seguro que no es gratuito.

Grandes fragmentos son el del tipo (que aún no tengo ni idea de quién puede ser) que espera que le traigan marihuana en casa y está ansioso y al borde del colapso; el del alumno de la Academia que está delirando por culpa de la fiebre y un colocón en ese terreno de pesadilla que pisas cuando no estás ni despierto pero tampoco durmiendo; y también las imágenes dantescas que tiene que presenciar el hermano mayor de los Incandenza: cucarachas voladoras que se comen la mucosa de los ojos de los niños y los dejan ciegos, inundaciones que desenterran a los muertos del cementerio y los arrastran por las calles, etc.


Y es que son escenas impresionantes, que estan perfectamente descritas porque no hay nadie que sepa capaz de describir tan bien como DFW cómo funciona la mente y la lógica y las dudas y los miedos de una persona desde una perspectiva que parece que lo esté describiendo desde dentro. Porque David Foster Wallace no escribe como la gente escribe, ni siquiera como la gente habla, sino como la gente piensa. Y leerlo es como hacer una visita en su cerebro. Y su cerebro resulta un lugar fascinante.

Pero también me ha encantado 'La primera y única experiencia romántica, aunque remota, de Mario Incandenza hasta la fecha'. Porque es tan divertida y tan triste a la vez y desde el principio siento una gran ternura por Mario. El pobre hermano que no es considerado funcional por su madre, porque es deforme y enfermo, aunque aún no sé hasta qué grado o de qué modo. Pero en realidad no es difícil ver que los otros tampoco lo son: Orin, jugador de futbol profesional, es un paranoico-esquizofrénico y Hal, el chico prodigio del tenis y los estudios, tiene problemas de relación y ataques de loco de atar. No hay nada como una familia disfuncional para una novela de 1000 páginas.

miércoles, 16 de julio de 2008

Día 3: Spoilers y números

"SOY PARANOICO, ¿PERO SOY LO BASTANTE PARANOICO?"

Soy fantástica porque es el tercer día de lectura y ya me he spoileado. Y no con un spoiler pequeñito del tipo fulanito se casa con menganita. Sino un spoiler gordo del tipo fulanito y menganito en realidad son la misma persona. Fantástico. Me da mucha rabia haberme perdido la sorpresa de descubrirlo a medida de ir leyendo. Y más en el caso de DFW, porque seguro que DFW va a desvelarlo de forma magistral. En fin. De ahora en adelante no voy a leer ningún artículo ni crítica ni comentario de 'La broma infinita'. No voy a leer nada acerca de David Foster Wallace. Simplemente voy a leer David Foster Wallace. Y eso que estaba tentada de comprarme la guía de lectura porque una parte de mí tiene miedo a no entender el libro, a que se me escapen cosas. Ahora empiezan a aparecer organizaciones raras y supuestos dobles y triples agentes y ya me estoy empezando a hacer un lío. Pero el mundo es de los valientes.

Es el tercer día y ya estoy haciendo cuentas. Voy a un ritmo de cuarenta páginas por día, lo cual no está mal. Esto quiere decir que en dos días ya superé la marca de 80 páginas, que es el lugar exacto donde me quedé clavada la primera vez que intenté leer la novela. Fue porque me perdí en una nota a pie de página, que en realidad ocupa más de cuatro páginas de letra minúscula que recogen la filmografía de James Incandenza, un director après-garde. La broma tiene cierta gracia porque es todo una parodia del cine pedante-experimental, pero no era necesario hacerla tan larga, porque con menos páginas ya se pillaba. Este es el mayor defecto de David Foster Wallace: se extiende demasiado, pero también es su mayor virtud. Esta vez para no tropezar con la misma piedra me he saltado la filmografía, porque si luego hay ganas ya puedo volver a ello.

Volviendo a mis cálculos, si voy a un ritmo constante de cuarenta páginas por día, esto quiere decir que lo puedo terminar en 30 días y estaría perfecto, pero todos sabemos que siempre salen imprevistos.

Prometo que mañana hablaré de verdad del libro. Ahora no, que me duele la muela del juicio que me está saliendo.

martes, 15 de julio de 2008

Día 2: Puntos de libro y primeras dificultades

"-Esta noche y para callarte, Bubú, te diré que tengo que solucionar algunas disputas administrativas con Dios. Te diré que Dios parece tenerun estilo de dirección técnica que a mí no me gusta nada. Yo soy bastante anti-muerte. Y Dios da toda la impresión de ser bastante pro-muerte. No sé cómo nos vamos a poner de acuerdo al respecto él y yo, Bubú."

Para leer 'La broma infinita' se necesitan dos puntos de libro: uno para la novela en si y otro para las notas que se encuentran al final del libro. No soy persona de coleccionar puntos de libro pijos, pero sí que soy persona de amasar todos los puntos de libro publicitarios que pueda encontrar. Y es que sé apreciar un punto de libro publicitario con un buen diseño y les acabo otorgando valor sentimental si los he pillado en algún sitio especial, porque me acuerdo perfectamente de dónde los he pillado todos y cada uno de ellos. Sin embargo, acabo perdiendo muchos porque los dejo olvidados en medio de libros que ya he leído, y se van a quedar allí probablemente para siempre, si no es que decido releer el libro en cuestión.

En esta ocasión estoy utilizando un punto de libro de la Biblioteca de Banyoles y el típico punto publicitario de una editorial. Nunca he estado en la Biblioteca de Banyoles; el punto lo encontré olvidado en un libro de Balzac que me llevé de la Biblioteca de mi pueblo. Al final no terminé el libro de Balzac pero me dije que tenía que rescatar el punto. El punto de la editorial publicita una serie de nuevas versiones de los clásicos de terror de siempre (en este caso Drácula; tenía también uno de Frankenstein, pero debe estar olvidado dentro de algún otro libro) y, a parte de apreciar su diseño, también ha llegado a tener para mí cierto valor sentimental, porque lo pillé en una librería de La Bisbal cuando estuve allí.

Pero lo de utilizar dos puntos de libro no soluciona para nada el engorro que representa que las notas a pie de página no estén a pie de página sino al final del libro. Cada vez que tengo que leer una tengo que pasar las 1000 páginas que me separan de la nota en cuestión. Y 1000 páginas pesan lo suyo y si no que se lo pregunten a mi dedo índice que a veces lo tengo marcando la página donde se encuentran las notas y que por lo tanto está aplastado bajo el peso de 1000 páginas. Todo esto es para agilizar el trámite de llegar hasta las notas que pueden ser una chorrada o claves para entender la novela. Como consecuencia, las tentaciones de no leer las notas que se encuentran al final del libro son de lo más apremiantes. Pero de momento resisto.

Además de 'La broma infinita' hoy he leído otras cosas, básicamente fics de 'The Philadelphia Story', porque de todo tiene que haber en esta Viña del Señor que es Internet (gracias a Dios) y varios poemas de autores locales que salían en un pamfleto local, sólo porque puedo ser muy cruel y quería reírme de lo malos que son. Hoy ya he manchado mi exemplar de 'La broma infinita'. Con cereza. Y mi habitación aún está por ordenar.

lunes, 14 de julio de 2008

Día 1: El inicio de todo (sólo que todo se inició mucho antes)


"Me concentro dócilmente en la cuestión de por qué los lavabos americanos siempre nos parecen enfermerías para la ansiedad pública, el sitio para recuperar el control."

En el fondo soy una chica de gustos muy típicos y mi lugar preferido para leer es el sofá del comedor. Cada mañana cuando me levanto cojo unos cuantos libros y los llevo a la mesita que hay delante del sofá del comedor, que también me sirve para estirar las piernas siempre que no haya invitados. Suelo leer más de un libro a la vez y esto explica que tenga que cargar de mi habitación al comedor, y posteriormente del comedor a mi habitación, libros, así en plural; no quiero tener que levantarme del sofá (que desengañémonos es donde hago vida) para tener que ir a buscar el libro que me apetece leer en aquel momento. Y es que los voy alternando de forma compulsiva: puedo leer diez minutos de uno, luego diez minutos más de otro, y finalmente diez minutos más de un tercero. Y no es plan tenerme que levantar cada diez minutos. También queda descartada la opción de dejarlos durante la noche en la mesilla del comedor, porque me puede apetecer leer algo en la cama antes de acostarme o antes de levantarme.

Ya hacía más de una semana que iba cargando de aquí para allá 'La broma infinita' a pesar de su peso y a pesar de no haberlo empezado aún. Y es que otra cosa que debéis saber es que no sólo voy cargando de aquí para allá los libros que estoy leyendo sino también los que quiero empezar en breve. Y de nuevo los tengo que tener a mano para si me apetece empezarlos en cualquier momento. Hoy por fin me he decidido empezarlo, después de año y medio de haberlo comprado (sé que hace año y medio porque sé que lo compré después de leer 'Extinción' y 'Extinción' lo leí en el diciembre del 2006), porque sé que tiene que ser ahora o nunca. Tiene que ser este verano o nunca. Ya hubo un tímido intento antes que se quedó en nada, pero esta vez estoy determinada a conseguirlo. Tengo unos dos meses por delante. No empecé tan pronto empezó el verano porque tenía que prepararme y una forma de prepararme ha sido ido postergándolo para leer un libro también considerablemente gordo que no me ha acabado de gustar ('Ahora es el momento' de Tom Spanbauer) y así, de un modo retorcido, por contraste o comparación, ir aumentando mis ganas de leer David Foster Wallace. Me esperan exactamente 1208 páginas. Deseadme suerte. Porque estoy convencida que la necesitaré.