miércoles, 6 de agosto de 2008

Día 24: Ironía

Dos de los ensayos de David Foster Wallace que más me ayudaron a entender David Foster Wallace (paradójicamente o no) son dos ensayos sobre otros dos autores: Kafka y Dostoievski, que resulta que son dos de mis escritores favoritos. Se pueden encontrar en el libro 'Hablemos de langostas' y se trata de dos ensayos geniales que no sólo te contagian unas ganas irresisitibles de leer (o releer, si es el caso) estos dos autores sino que además dan un punto de vista nuevo de dos autores sobre los que parece que ya todo ha sido dicho. En el ensayo sobre Dostoievski, DFW argumenta que hoy en día si alguien escribiera como Dostoievski se reirían en sus narices, porque Dostoievski es un escritor serio que trata de temas serios, habla de filosofía y religión de una forma seria y profunda, y nosotros estamos acostumbrados al perpétuo cinismo, a llevar una máscara de ironía que nos impide tomarnos nada en serio. En el ensayo sobre Kafka, DFW argumenta que Kafka es oscuro y deprimente, pero que también tiene un sentido del humor divertidísimo. Kafka es el perfecto ejemplo de que se puede ser serio y trascendental pero a la vez divertido. (Y yo opino que con Dostoievski también pasa lo mismo: yo me río mucho leyendo Dostoievski.) Y en el fondo lo que pretende DFW es conseguir esto: hacer una obra divertida pero a la vez seria. La ironía en dosis mesuradas está muy bien y en literatura nos sirve para alejarnos del sentimentalismo, pero la ironía en dosis excesivas impide que aparezca algo de sentimiento, que no es lo mismo que sentimentalismo, aunque a veces parezca que nos quieran hacer creerlo. Y la obra de DFW es esto: una lucha para huir tanto de la simple ironía como del sentimentalismo puro, una lucha para aconseguir el equilibrio justo entre el humor y el sentimiento.

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