viernes, 1 de agosto de 2008

Día 19: Un tratado sobre la adicción

Como comentábamos, probablemente el tema principal (o uno de los temas principales) de 'La broma infinita' sea la adicción en sus diferentes formas. Muchos de los personajes son adictos a diversos tipos de drogas: principalmente el alcohol (James Incandenza, Don Gatelly) o la marihuana (Hal Incandenza, Ken Erdedy, Kate Gompert). Pero hay muchos otros tipos de adicciones más atípicas. Empecemos con Mario, Mario es adicto al programa de radio de Madame Psicosis (sobrenombre que coincide con el nombre de la poderosa droga alucinógena de los 60 que te evapora el cerebro y que Hal y Pemulis han conseguido y se verá si van a probar). Su hermano mayor Orin es adicto a seducir y utilizar mujeres que son madres (y yo estoy de acuerdo con Hal, que opina que esto debe tener algún que otro significado edípico). Lenz, después de dejar (más o menos) la cocaína, se ha vuelto adicto a matar animales callejeros de forma sádica: empieza con ratas, sigue con gatos y continua con perros, y de momento se ha detenido aquí. Es adicto a la violencia, pero una violencia ritualizada.

Sin embargo, creo que a lo que son adictos la mayor parte estos personajes no es tanto al placer que les puede proporcionar la sustancia a la que están enganchados, sino más bien el ritual que deben seguir para consumir esta sustancia. Por ejemplo, se dice que Hal disfruta más del hecho de fumar en secreto marihuana que de la marihuana en sí. Las adicciones son comportamientos obsesivos-compulsivos y creo que a lo que de verdad son adictos estos personajes es a las rutinas obsesivo-compulsivas que entrañan cualquier adicción. No sé si me explico. Es como si cada pequeña obsesión que tenemos fuera una adicción. Avril, la madre de la familia Incandenza, es adicta al orden, la limpieza y la corrección gramatical. C.T, el hermanastro de Avril y posible padre biológico de Mario, diría que es adicto al trabajo, básicamente a hacer cuadrar los horarios, una adicción no muy diferente a la de su hermanastra.

Luego, la obsesión de Pequeño Ewell para conocer el significado de los tatuajes de sus compañeros de la Ennet House no deja de ser otra adicción: necesita saber qué significan los tatuajes y parece que nunca tiene suficiente. Se podría decir que la obsesión de Schacht para la higiene y la salud dental es otra obsesión/adicción. Y diría que los rituales supersticiosos de Marlon Bain también son otra obsesión/adicción. Y seguro que hay más casos así. Estoy convencida que todos los personajes son adictos a algo. Quizás en otro día continue haciendo esta lista.

(¿Por cierto, qué pinta Marlon Bain viviendo durante un tiempo con la familia Incandenza como si fuera uno más? Me huelo que aquí hay gato encerrado.)

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