miércoles, 23 de julio de 2008

Día 10: Diga 333

Ya he superado la barrera psicológica de la página 333, es decir, ya he superado 1/3 del libro. Aún no tengo ni idea de cuál es el argumento ni por dónde va a ir la cosa. Es cierto que pasan cosas, pero en realidad no pasa nada. Parece que ha quedado establecido que la novela se centra en dos sitios, la Academia Enfield de Tenis y la Ennet House, un centro de desintoxicación, que geográficamente están a cuatro pasos el uno del otro. En el primer sitio los niños se colocan y en el segundo los adultos intentan superar sus adicciones. Y tengo la corazonada que alguno de los niños terminará en el centro en el futuro. De momento, pero, básicamente tenemos descripciones del funcionamiento de los dos centros, de sus rutinas y de los personajes que los habitan, pero nada que se parezca a una trama argumental. Esto no me estresa lo más mínimo. No es que DFW no te cuente nada, lo que pasa es que sólo está aún en el planteamiento y está presentando la situación, así que cosas nuevas aprendemos a cada página. Por ejemplo, ya he aprendido como lo tienes que hacer si quieres suicidarte metiendo la cabeza dentro del microondas. Es algo más complejo de lo que aparenta, tienes que tener conocimientos de bricolaje avanzado, porque tienes que hacer un agujero en la puerta del microondas, porque si no cierras la puerta, no se te va a encender el aparato, pero luego tienes que tapar con papel de aluminio el trozo que queda entre tu cuello y el agujero, porque el microondas para funcionar tiene que quedar herméticamente cerrado. Pero lo mejor de la escena es que cuando Hal, el hijo pequeño, llega a casa se dice que la casa huele muy bien, le entra hambre y va a ver qué es lo que se ha cocinado en la cocina, y luego encuentra a su padre. Qué humor negro más delicioso.

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