martes, 29 de julio de 2008

Día 16: Empatía

Probablemente sea cierto que toda la obra de David Foster Wallace se centre en la empatía. No tanto en que los lectores consigan sentir empatía por los personajes de sus obras, sino más bien que el propio DFW consiga sentir auténtica empatía por los personajes que crea. Evidentemente, la empatía por parte del lector viene después, pero primero tiene que venir por parte del escritor. A pesar de que DFW es un niño educado de casa bien, cuyos padres son profesores universitarios los dos, en 'La broma infinita' consigue ponerse en la piel de los drogadictos que han bajado al peor de los infiernos. Casi cuesta de creer que él, que es el perfecto intelectual neurótico con el sentimiento de culpabilidad de clase alta, pueda meterse en la piel (por ejemplo) de una mujer adicta a la cocaína que pare en el suelo de un motel sucio un feto que no llegó a formarse, sin rostro, y entonces le entra el sentido de la responsabilidad, lo envuelve en una manta y lo lleva siempre consigo como si estuviera vivo, a pesar de que cada vez hace más y más olor, y los insectos la persiguen. Pero lo consigue. Y es que él nunca describe desde fuera sino desde dentro mismo de los personajes. Se materializa en sus personajes. Será aquello tan tópico que dijo Flaubert de que "Madame Bovary soy yo", pero como nos enseña 'La broma infinita' a veces los tópicos no sólo son acertados sino también ciertos. Y en sus ensayos sucede lo mismo: sus ensayos no son nada más que intentos de comprender mundos totalmente alejados del suyo (los cruceros de lujo, el cine porno, las tertulias radiofónicas de derechas, la campaña del senador McCain, etc.) Y esta voluntad de empatizar hace que sea uno de los escritores más sinceros que he leído nunca.

4 comentarios:

La Medicina de Tongoy dijo...

Acabo de descubrir este blog por pura casualidad.

Hace tiempo que leí esta novela. Me llevó dos años tras tomarla, dejarla, volver a tomarla...

La lectura de "La broma infinita" es una experiencia en si misma y me ha parecido una idea fenomenal la creación de este blog para hablar de ella. Tendrás en mi un lector incondicional.

Que tengas muchísima suerte.

Por cierto, a día de hoy "La Broma Infinita" es uno de mis libros favoritos (aunque todavía no alcanzo a saber porqué) y Wallace me parece un genio, aunque muchos de sus relatos me resultan casi imposibles de leer. No siempre tiene uno el cuerpo para leer a este personaje.

Que tengas mucha suerte y que disfrutes tanto como yo de la lectura.

La Medicina de Tongoy dijo...

Estaba pensando...

para leer esta novela (lástima que yo lo descubrí tarde) sería conveniente que rompieses con la estructura habitual de una novela.

"La broma infinita" no es tanto una novela como un alucinógeno.

Núria dijo...

Hola Carlos!

Me alegra conocer por fin a alguien que haya leído 'La broma infinita' y le haya gustado. La verdad es que toda la gente que conozco que ha leído David Foster Wallace es porque se lo he recomendado yo. Y es que tiene muchos fans anglosajones, pero poca gente hispanohablante ha oído hablar de él.

De momento el libro me está gustando mucho. Y tengo la esperanza de terminarlo en no más de 40 días. Pero es que es porque ahora estoy de vacaciones, porque si estuviera trabajando sé que no podría.

Si te tengo que ser sincera, yo también tengo que decir que hay algunos relatos que he terminado sólo por una cuestión de orgullo, aunque yo creo que la mayoría son geniales, sobre todo los de 'Extinción'. Sin embargo creo que prefiero sus ensayos (y cuánto más cuente de su vida personal, mejor).

Tienes razón en esto de que 'La broma infinita' más que una novela es una experiencia (alucinógena). Es tan grande y excesiva (e infinita) que te sobrepasa. Voy a ser sincera y también reconoceré que hay algunos apartados que se me hacen algo pesados (las conversaciones entre el de la silla de ruedas y el espia transvestido, la explicación demasiado detallada de la situación política...), pero la mayoría me parecen geniales, sobre todo los de la Academia de Tenis.

Es verdad que es un libro perfecto para leer de forma no lineal, porque yo aún no he visto ninguna línia argumental que seguir y ya empiezo a pensar que no habrá ninguna. Más que historias lineales es un amalagama de personajes y situaciones. Y supongo que es esto lo que hace especial al libro. Y supongo que es genial de cara a posibles relecturas, porque puedes releer fragmentos al azar muy fácilmente. Sin embargo, no sé si me atreveré a hacer ahora mismo una lectura no lineal. Básicamente porque no sé cómo hacerlo. Qué orden sigo al no leer de forma lineal?

Un saludo y gracias por los ánimos,
Núria

Unknown dijo...

Damn
leyendo sus comentarios se me olvidó qué iba a comentar yo....

...todavía no se me quita de la mete la imagen del feto sin cara...